INDO PACIFICO

COREA DEL SUR

Seul refuerza su alianza con Estados Unidos, evaluando opciones nucleares propias ante la amenaza norcoreana y la desconfianza regional.

Doctrina nuclear

  • Depende históricamente del paraguas nuclear estadounidense 
  • Siguen el Kill Chain, que contempla ataques preventivos contra sistemas nucleares y de misiles norcoreanos ante señales de lanzamiento inminente.
  • Mantiene la adhesión al TNP

    Acuerdos y alianzas

    • Alianza estructural con Estados Unidos, eje de su seguridad nacional.
    • Coopera también con Japón y Australia en ejercicios conjuntos y defensa antimisiles, dentro del marco Indo-Pacífico impulsado por Washington.

    Tendencias de expansión

    • La tendencia apunta a una mayor tensión y presión política hacia la nuclearización
    • Persiste la estabilidad nuclear formal
    • En el corto plazo, se prevé una profundización de la cooperación militar y tecnológica con EE. UU.

      INDO PACIFICO – COREA DEL SUR

      DEPENDENCIA CRECIENTE DEL PARAGUAS NUCLEAR

      La dependencia de Corea del Sur del paraguas nuclear estadounidense se remonta a la Guerra de Corea (1950–1953). Desde entonces, la disuasión nuclear de Washington se ha convertido en el pilar de la defensa de Seúl, configurando una alianza estructuralmente dependiente de la protección nuclear estadounidense, especialmente por la creciente agresividad de Corea del Norte.

      Desde 2020, la respuesta ante ello de la alianza Surcoreana-estadounidense se ha basado casi exclusivamente en la presión económica, en línea con el régimen de sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU. Este marco se ve complementado por consultas nucleares anuales y comités conjuntos de estrategia militar entre Washington y Seúl. No obstante, esta dinámica plantea riesgos. Según analistas del SIPRI, la coexistencia de doctrinas militares preventivas en ambos lados de la península incrementa la probabilidad de escalada rápida y no controlada, con el eventual uso de armas nucleares.

      En el plano doctrinal, la Estrategia de Seguridad Nacional de Corea del Sur (2023–2027) formalizó el concepto de Kill Chain, diseñado para ejecutar ataques preventivos contra sistemas nucleares y de misiles norcoreanos en caso de detectar indicios claros de lanzamiento. Esta estrategia se apoya en las capacidades convencionales surcoreanas —inteligencia, vigilancia, reconocimiento y ataques de precisión—, seguido de represalias masivas ante cualquier agresión norcoreana.

      En 2023, el presidente Yoon reafirmó la adhesión al TNP, pero hacia 2025 el discurso político ha empezado a abrir la puerta al despliegue de armas nucleares estadounidenses en territorio surcoreano. En la práctica, aunque la doctrina vigente se apoya en el uso de medios locales, segmentos de la opinión pública en Seúl ejercen presión en favor de una disuasión más autónoma, considerando la posesión de armas nucleares propias para garantizar la seguridad nacional.

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