EURO ATLANTICO
REINO UNIDO
Londres moderniza su sistema Trident, incrementa su arsenal y refuerza la cooperación nuclear ante el aumento de tensiones globales.
Doctrina nuclear
- Disuasión mínima, creíble e independiente desde 1962
- Pilar europeo de la defensa nuclear de la OTAN
- Ambigüedad deliberada sobre condiciones, alcance y escala de empleo
- Uso contemplado solo en circunstancias extremas de autodefensa
- Protección de aliados de la Alianza Atlántica
Acuerdos y alianzas
- Firmante original del TNP desde 1968, ratificó en 1968
- Retorno al nuclear sharing de la OTAN (24 junio 2025)
- Declaración de Northwood con Francia (julio 2025): coordinación de respuestas nucleares
- Cooperación soberana reforzada con Francia sin fusión de capacidades
- Respuesta al ‘burden shifting’ estadounidense en Europa
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Tendencias de expansión
- Aumento del límite de arsenal: de 225 a 260 ojivas nucleares (2021)
- Primera vez desde 1991 con dos sistemas de entrega: marítimo y aéreo
- Modernización: transición a submarinos Dreadnought en años 2030
- Consolidación del modelo CASD (disuasión continua en el mar)
- Dependencia tecnológica y logística de Estados Unidos (vulnerabilidad estructural)
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EURO ATLANTICO – REINO UNIDO
RENOVACION NUCLEAR RETORNO DISUASORIO
Desde 1962, el Reino Unido integra su fuerza nuclear en la defensa de la OTAN como pilar europeo, bajo el principio de que su uso solo se contempla en circunstancias extremas de autodefensa, incluyendo la protección de los aliados de la Alianza. Esta estrategia responde a una doctrina de disuasión mínima, creíble e independiente que combina la continuidad histórica con adaptaciones al entorno de seguridad cambiante. Asimismo, mantiene una ambigüedad deliberada sobre las condiciones, el alcance y la escala en que el Reino Unido podría emplear sus armas nucleares .
El Reino Unido mantiene la disuasión nuclear más pequeña del P5, centrada en una presencia submarina continua e indetectable con misiles Trident como columna vertebral. Su gran apuesta es la modernización: la flota actual dará paso a los Dreadnought durante los años 2030, consolidando su modelo de la disuasión continua en el mar (CASD) como pilar de su defensa.
No obstante, think-tanks como Chatham House, advierten vulnerabilidades estructurales derivadas de la dependencia tecnológica y logística de Estados Unidos. Lo que cuestiona la autonomía real del sistema de disuasión nacional Trident y plantea obstáculos para avanzar hacia una cooperación nuclear europea más profunda.
En paralelo, se han producido cambios recientes en la política nuclear británica. La Integrated Review de 2021 marcó un cambio doctrinal significativo, elevando el límite del arsenal de 225 a 260 cabezas nucleares. Esta decisión respondió a la percepción de amenazas crecientes, principalmente por la expansión y modernización de los arsenales de Rusia y la amenaza de uso de armas nucleares tácticas en Ucrania, con una mayor variedad de armas estratégicas, y de China, que continúa fortaleciendo sus capacidades nucleares y de entrega.
En 24 junio del 2025 justo unos días después de la Operación Martillo de Medianoche contra Irán, anunció su retorno a la misión de nuclear sharing de la OTAN adquiriendo 12 cazas F-35A capaces de portar bombas B61-12 estadounidenses.
Reino Unido consolida una fórmula híbrida que combina una demarcación política en el uso de su arsenal nuclear con una dependencia tecnológica estructural de Estados Unidos, al tiempo que refuerza la coordinación soberana con Francia, fortaleciendo así la dimensión europea de su disuasión. Esta cooperación se materializó en la Declaración de Northwood de julio de 2025, mediante la cual Londres y París coordinaron por primera vez sus respuestas nucleares, sin llegar a fusionar capacidades ni renunciar a su independencia estratégica. El golpe de Estados Unidos en Irán fue el catalizador que dio velocidad, contenido y credibilidad a un acuerdo ya en marcha, convirtiéndolo en un verdadero respaldo estratégico europeo.
El acercamiento responde tanto al “burden shifting” estadounidense, el traslado progresivo de responsabilidades estratégicas hacia los aliados europeos en la OTAN, como al incremento de la amenaza rusa, configurando un nuevo nivel de integración nuclear sin precedentes en Europa. Estos desarrollos han sido interpretados como una revisión del compromiso británico con el desarme nuclear previsto en el TNP, del que es firmante, dado que, por primera vez desde el fin de la Guerra Fría, el Reino Unido dispondrá de dos sistemas de entrega nuclear, marítimo y aéreo.