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VENEZUELA
La política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela durante el segundo mandato de Donald Trump (2025-presente) representa un punto de inflexión hacia la militarización y el abandono progresivo de canales diplomáticos. A diferencia de su primer mandato (2017-2021), caracterizado por la «máxima presión» mediante sanciones económicas, el segundo periodo presidencial de Trump ha adoptado una postura más agresiva que incluye despliegue militar en el Caribe, ataques a embarcaciones, operaciones encubiertas de la CIA y la designación del régimen de Nicolás Maduro como organización narcoterrorista. Este informe analiza los elementos constitutivos de la relación bilateral actual, las dinámicas que llevaron al colapso de las negociaciones diplomáticas y las implicaciones regionales de una posible intervención militar estadounidense.
NARCOTRÁFICO
A partir de agosto de 2025, Estados Unidos inició un despliegue militar masivo en el Caribe sin precedentes en décadas. La operación, oficialmente justificada como medida de interdicción antinarcóticos, incluyó el 8% de toda la flota naval estadounidense: destructores con misiles guiados, cazas F-35B Lightning II, drones MQ-9 Reaper, un grupo de asalto anfibio con 4,500 efectivos (incluyendo 2,200 marines), un submarino nuclear, bombarderos estratégicos B-52 y el portaaviones USS Gerald Ford.
Entre septiembre y octubre de 2025, fuerzas estadounidenses atacaron al menos nueve embarcaciones en aguas internacionales del Caribe que supuestamente transportaban drogas desde Venezuela, resultando en la muerte de al menos 37 personas. Estos ataques, ejecutados sin proceso judicial ni evidencia pública verificable, generaron críticas de organizaciones de derechos humanos y expertos en derecho internacional que cuestionaron su legalidad
El 16 de octubre de 2025, Trump confirmó públicamente que había autorizado a la CIA realizar operaciones encubiertas en Venezuela, incluyendo operaciones letales, con el objetivo de derrocar a Maduro. «Primero, ellos [Venezuela] han liberado a sus prisioneros hacia Estados Unidos. Segundo, las drogas. Una cantidad significativa de drogas fluye desde Venezuela», declaró Trump como justificación (Al Jazeera, 2025). Cuando se le preguntó si la CIA tenía autorización para «eliminar» a Maduro, Trump evadió la respuesta directa: «Sería ridículo que yo respondiera eso… Pero creo que Venezuela está sintiendo la presión».
El 23 de octubre de 2025, Trump anunció que «pronto» habría operaciones terrestres en Venezuela, afirmando que las acciones marítimas habían «casi detenido» el tráfico de drogas por mar y que era momento de avanzar hacia una nueva fase. El Secretario de Defensa Pete Hegseth declaró que Estados Unidos trataría a las organizaciones criminales venezolanas «como tratamos a Al Qaeda… Los mataremos».
POLÍTICAS DE MIGRACIÓN
Un elemento distintivo del segundo mandato de Trump ha sido la vinculación explícita entre política venezolana e inmigración. La administración Trump caracterizó a la migración venezolana masiva —con aproximadamente 7.5 millones de personas habiendo abandonado el país desde 2015— como amenaza a la seguridad nacional.
Trump afirmó que Maduro «vació las cárceles» venezolanas para enviar criminales, incluidos miembros del Tren de Aragua, hacia Estados Unidos como «invasión» deliberada. En febrero de 2025, deportó a aproximadamente 200 venezolanos a El Salvador, acusándolos de pertenecer al TdA y encarcelándolos en un centro penitenciario diseñado para terroristas.
Esta medida, junto con separaciones familiares y detenciones de venezolanos con estatus legal protegido, generó alarma en comunidades migrantes y críticas de organizaciones humanitarias.
«REHEMISFERIZACIÓN DE SUDAMÉRICA»
La estrategia de Trump hacia Venezuela también se enmarca en un esfuerzo más amplio de reafirmación de la influencia estadounidense en América Latina, concepto que el documento «Proyecto 2025» denomina «rehemisferización» (re-hemisphering). Este enfoque busca revitalizar la Doctrina Monroe del siglo XIX, que consideraba América Latina como esfera de influencia estadounidense y declaraba el Hemisferio Occidental como zona vedada para adversarios extranjeros.
El Proyecto 2025 identifica la captura de cadenas de suministro regionales como asunto de seguridad económica estadounidense, con particular énfasis en recursos estratégicos como petróleo, oro, coltán, gas, hierro y bauxita presentes en Venezuela. Este enfoque mercantilista refleja declaraciones previas de Trump sobre recursos en Iraq, Siria y Ucrania, donde condicionó apoyo estadounidense a acceso a materias primas.